martes, 24 de marzo de 2009

Con olor a sepia


Entre cosas recorridas hace tiempo
he vuelto mi cabeza para que las
palabras se encarguen del recuerdo.

En esta noche porteña enciendo
un cigarro medio dormido.
Entre tus sábanas de aprendiz de escritor
y aquel tocadiscos arcaico que compraste
un domingo en calle Uruguay, hago
círculos perfectos con la punta de
mi dedo.

Bésame para no morir de frío;
madrugada animal entre cuerpos
miserables.
El puerto duerme, y yo hablo de
camas pasadas, de inviernos
con vida, de faroles nublados.

El tiempo no esperaba en la ventana;
el amanecer se adelantaba,
y tu corrías desnudo para detener
la luz que entraba en el pequeño
espacio, hecho de ropa tirada,
de colchones en el suelo, de
dolores y gritos contra las
paredes pintadas de sudor.

No sé que hacer, no nos queda tiempo,
hemos vivido sólo del pasado, mientras
que el presente arrancaba, y nosotros
muertos por el ahora, revivimos sólo
en el recuerdo.

2 comentarios:

  1. No esperaba menos de ti querida... que hermosa fotografia y para que decir las palabras... me llene de escalofrios..
    Un beso, nos vemos pronto

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  2. Salud por las noches poteñas

    y los cigarros medio encendidos,

    que aunque duerma en Santiago y no fume,

    sueño con Puertos

    y bocanadas en cuerpos femeninos.



    Saludos.

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